Gardner y las inteligencias múltiples
Durante mucho tiempo la inteligencia fue concebida como la única expresión de las capacidades cognitivas del ser humano. Se creía que ésta podía ser cuantificada por medio de instrumentos de medición que determinaban el desarrollo de la misma en un individuo. Las teorías usadas como base para estos sistemas de medición en gran medida ignoraban diversos factores como la interacción del individuo con el entorno, las herramientas proporcionadas por la cultura, la dotación biológica, etc., y sobre todo, las combinaciones de dichos factores. Los últimos hallazgos de la psicología cognitiva, con autores como Howard Gardner, demuestran que el ser humano combina diversos factores y usa al menos ocho tipos de inteligencia en diferentes grados, de manera individual y única.
Históricamente, los métodos utilizados para medir la cognición humana ignoraron factores como la biología, la diversidad cultural y la creatividad. Asimismo, se puede señalar que teorías como la de Piaget dejaron de lado la relación del intelecto con la cultura y con el sistema nervioso, así como la relación con su organización, su desarrollo y sus deficiencias o dificultades. A mediados del siglo XX, algunos filósofos como Susan Langer y Frederick Northon señalaron que existen ciertos logros universales, como los lógico-matemáticos, pero otros existen sólo en determinadas culturas.
Bajo este contexto, Gardner contempla que generalmente la inteligencia ha sido concebida en una forma reduccionista, expresada en un factor general; se ha considerado que se le puede medir en forma cuantitativa con la ayuda de instrumentos estándares. Gardner critica esta forma descontextualizada y abstracta de medición, que aísla a la inteligencia de factores determinados por el entorno, así como de los desafíos y oportunidades determinados por la cultura. Para este psicólogo es imperante considerar las interacciones con otros, la acumulación de conocimientos y la asimilación de herramientas brindadas por el entorno cultural.
Para Gardner, cada inteligencia representa una forma única de percibir el mundo; cada persona cuenta con un perfil propio de inteligencia. En el ámbito de la educación, esta teoría llevó a diversos cuestionamientos y desafíos: si la inteligencia no es un parámetro universal y si cada persona tiene un perfil de inteligencia único, resulta inevitable llegar a la conclusión de que los procesos de aprendizaje y su evaluación deben considerar aspectos como la diversidad, las capacidades individuales, la constitución cerebral, el entorno y el contexto cultural. Para la educación, la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner estableció pautas que permiten reconocer y aceptar la diversidad, pero ante todo, estableció principios de igualdad.